Decálogo del buen lector de manos
- Paciencia
La paciencia es el principal atributo que debe tener un aprendiz a futuro lector de manos. es importante no presionarse ante la impaciencia del consultante en las primeras lectu- ras. Lo primero que hay que hacer es ver con mucha calma y no emitir juicio alguno hasta no estar totalmente seguro de lo que se está viendo. La presión, las ganas de agradar y el deseo de saber del consultante son las cau- sas principales de una lectura errónea; el si- lencio es el mejor aliado en los comienzos, no emita ningún juicio hasta que no lo vea con total claridad, debe tomarse todo el tiempo hasta estar totalmente seguro de lo que se está viendo.
- Siempre preguntar la edad
La mano es un mapa dérmico, es la representación simbólica de nuestro mundo consciente e inconsciente; por lo tanto la palma de la mano no envejece, guarda una estrecha relación con nuestra forma y manera de pensar. Los pensa- mientos, las ilusiones y los miedos no tienen edad.
- Decir lo que se ve, no lo que se siente
La lectura de la mano no es una clase de moral; el buen lector debe mantenerse al margen y no hacer juicios morales. Los signos que aparecen en las manos se marcan por impulso cerebral nervioso, lo que les confiere un aire individual y único a nuestras manos. de hecho las huellas dactilares siguen siendo el mejor método legal de identificación personal. Los hechos colectivos influyen de manera directa, pero cada uno
de nosotros les damos nuestro particular enfoque, y es este el que marca nuestras manos. La moral social no corresponde necesariamente con la ética personal; lo que está señalado en nuestras manos es nuestra propia manera de entender la vida.
- Siempre se leen las dos manos
Siempre se leen las dos manos, su interconexión hace la lectura. basar la lectura en una sola mano es un gran error, ya que sería una lectura parcial, las manos al estar marcadas por impulso cerebral nervioso están regidas por cada uno de los lóbulos del cerebro.
- No adivinar
es muy importante no querer ver más allá de lo que aparece dibujado en las manos. Si hacemos una proyección influidos por la forma de vestir, por la manera de hablar, etc., estaremos proyectando en signos externos y no en lo que aparece en las manos, estamos inventando, y eso puede hacer mucho daño al consultante. no queramos ser profetas y mucho menos dioses, esa no es nuestra labor.
- No dejarse influir por los signos externos
debe centrarse en las manos que tiene enfrente y en nada más. Si permite que influyan en su interpretación los signos externos (anillos, marca del reloj, la forma de vestir, etc.) la lectura estará totalmente desvirtuada y se perderá en un laberinto que no tiene salida. ningún elemento puede desviar su atención, debe confiar en sus conocimientos y técnica, prescindiendo de cualquier elemento ajeno.
- No proyectar
un error muy frecuente y más en un principian- te es el no poder aislarse de los problemas personales a la hora de hacer una interpretación. Si está pasando por algún problema afectivo o económico o de cualquier otra índole es muy importante apartarlo de su mente. es frecuente percibir el reflejo de los problemas del intérprete en una lectura, por lo que debe aislarse y no de- jarse influir por sus problemas personales, estos acabarán por desvirtuar su trabajo. Si no puede aislarse es mejor dejarlo para otro momento.
- Confiar en la técnica
debe centrarse y confiar en la técnica, esta será su apoyo para poder irse adentrando en este mundo y lograr la seguridad necesaria para poder ser un excelente lector de manos. Si se desvía del método nunca podrá interpretar las manos con total garantía.
- Ser prudentes y cuidar el lenguaje
afortunadamente no hay dos personas iguales, cada uno de nosotros escucha y percibe el mundo según su manera de ser, tamizamos el lenguaje según nuestros estudios, forma de vida y sensibilidad, con lo cual, lo que para unos es bueno para otros no lo es.
La prudencia en el lenguaje hará que los oídos del consultante se abran y sus palabras sean escuchadas con mayor atención.
- Ser siempre positivo
nunca debe de influir en su lectura su estado de ánimo. el respeto al consultante debe ser total, ya que él no es culpable de que haya tenido un mal día. en el momento de comenzar la lectura debe uno olvidarse de todos los problemas y centrarse por completo en las manos del consultante, es la única forma de poder llegar a la raíz de lo que indican sus manos. por lo tanto, la manera de explicar los detalles de una lectura debe ser desde el lado positivo e intentando afirmar lo dicho a través de las líneas o montes de la mano del consultante, una frase mal explicada puede cambiar la sensibilidad del poseedor de esas manos y cerrarse a la lectura de una manera tajante.
con este decálogo tiene usted la base para en- frentarse a esta nueva aventura. Si es constan- te y fiel al contenido de esta obra muy pronto podrá ser un buen intérprete de manos.
mucha suerte y ánimo.