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Las manos son el reflejo fiel de nuestra propia psique. Tus manos indican tu manera de vivir, de pensar y de amar. Nunca los años que vas a vivir, si eres inteligente o tonto, o si te vas a casar o no, entre otras obviedades, como viajes, loterías o accidentes temas recurrentes propios de una lectura deshonesta. Esta semana vino una chica a mi consulta y me comentó que años atrás había ido a un lector de manos y que en su lectura había interpretado que se casaría, que sería muy feliz con su Principe azul, que sería la feliz madre de 2 hijos y para más «inri» que moriría a los 84 años en su cama y rodeada de sus seres queridos. Como cuento es precioso, empalagoso y quizá cursi,  pero la realidad distaba mucho de esa mentira que fué pagada con dinero verdadero.

A punto de cumplir los 50 años, mi clienta comentaba que de Principe azul ni su sombra, que su vida afectiva había sido un verdadero desastre, que de ser madre nada y que ya no tenía ninguna esperanza de todo lo vaticinado o «adivinado» por la pitonisa o brujo en cuestión.

Es verdaderamente triste la cantidad de sujetos/as carentes de moral y de ética que por unos cuantos pesos, dólares, euros sean capaces de robarle el alma a sus clientes en busca de su protagonismo personal y de ensalzar y alimentar su ego a costa de la buena voluntad o angustia de quien acude a ellos en busca de una ayuda honesta. También están los iluminados que creen estar seguros de su conexión divina y de su ego-mesianismo que les dá derecho a auto proclamarse poseedores del don y la verdad divinos. También están esos  «showmanes», ese tipo de chaman con pelo largo y disfraces ad´doc que viene del Amazonas y que a falta de ranas tocan sus tambores y sacan de la chistera sus yerbas mágicas, tipo ayahuasca que te conencta con el orgasmo divino en busca de un dios celestial recién iluminado por el neón sideral. Estos showmanes son  capaces de hacerte creer que la iluminación se logra a través de un ficticio acelerón provocado por cualquiera, según ellos planta sagrada o químico que sea capaz de romper tu realidad y tu energía divina y llegar al súmmum.

El conejo que sale de la chistera es un truco, no viene de otra realidad, lo mismo que tus manos, ellas dicen tu verdad no lo que quieres o deseas oír.