No es necesario aclarar mi pasión por las manos; en vivo, en pintura, en mural, en fotografía, en la prensa, en el cine, la televisión o en la escultura, en fin en donde se presenten, ya que es una forma de estudiar y de poder analizar manos de una forma espontánea y natural. Hace años escribí un artículo en donde interpretaba las manos, si todas las manos que pintó Miguel Ángel en la capilla Sixtina, es el epílogo de mi último libro, «Quiromancia Total» de editorial Obelisco.
Paseando por uno de los pasillos de la galería fiorentina me tope con algo que nunca había visto, ni en pintura, ni en escultura, si una mano con una línea simiesca, algo totalmente sorprendente, no puedo asegurarlo pero quizá sea esta escultura la única en su género con una mano de esta guisa, realmente sorprendente.
Por lo que he podido investigar la historia de esta línea es de lo más vario pinto que puede haber en la quiromancia, nada o casi nada se ha escrito sobre ella y mucho menos investigado. Llevo años recopilando fotos y haciendo estudios sobre ella y la primera y más sencilla de las respuestas es que esta línea es la fusión de la línea del corazón y de la cabeza y dependiendo de la distancia que exista entre ella y los dedos le da un valor más afectivo, si esta más cerca a los dedos o más racional cuanto más alejada este del nacimiento de los dedos.
Confundir esta línea hoy en día con padecer síndrome de down o cualquier tipo de deficiencia mental es un error muy grave y peligroso ya que este diagnóstico puede causar daños irreversibles.
Aqui le dejo la fotografia de la mano de esta escultura con una Línea simiesca, un gran hallazgo.