Mi interpretación de la línea de Marte

– Cuando sólo existe una línea de Marte

Cada vez hay más personas que buscan una respuesta espiritual a su vida; de al- guna manera intuyen que la verdadera felicidad está dentro de nosotros mismos y no fuera, dentro del brillo social.

Todas estas personas sienten una fuerza interior que las va empujando a tra- bajar en algo más que ganar dinero o tener brillo social o llegar a las cimas del poder; existen, afortunadamente, personas que sienten la necesidad imperiosa de ayudar al prójimo de una manera u otra y de crecer espiritualmente.

La línea de Marte nos confirma que lo que llamamos nuestro ángel de la guarda es en realidad nuestro guía, y que está ahí para ayudarnos a crecer espiritualmente, es un trabajo recíproco en el que ambas partes obtienen un beneficio espiritual.

Cuando uno acepta la responsabilidad de desarrollar su parte espiritual sólo se le marca una línea de Marte, por lo general, en la mano izquierda.

Sin embargo, a partir del momento en que la persona ejerce esa responsabili- dad, a la vez que se produce su crecimiento interior, la línea sufre una trasforma- ción profunda; se marca cada vez con más intensidad y paulatinamente comienza a dibujarse en la mano derecha.

Cuando aparecen dos o más líneas de Marte

En muchas ocasiones existe más de una línea de Marte, o bien, en el momen- to en que una se detiene, inicia su camino otra paralela a la primera. Este hecho supone la confirmación de la interpretación actual de esta línea.

Aquellas personas que presentan más de una línea de Marte llevan un tiempo trabajando en su desarrollo interior y ayudando a otros.

La respuesta a este hecho es que, una vez iniciado el camino, los guías van cambiando para poder desarrollar mejor nuestro trabajo en el ámbito espiritual; cuanto más se avanza y mayores son las dificultades que se presentan, la ayuda que recibimos es más contundente.

Ésta es la razón por la cual se marca en nuestras manos más de una línea de Marte o de los Guías: ellas representan los cambios de guías espirituales que va- mos experimentando a lo largo de nuestra vida.

Es la respuesta inequívoca que nos asegura que vamos por buen camino y que nuestro crecimiento interior es positivo.

Esta línea es común verla en sanadores y personas dedicadas al trabajo espi- ritual. Creo conveniente aclarar que el hábito no hace al monje y que muchas personas dedicadas a las artes esotéricas trabajan desde la oscuridad, este tipo de personajes suelen aprovecharse de la debilidad y la angustia de sus clientes para su beneficio personal. Es probable que en el lugar menos pensado o menos propicio encuentres a un ser de luz que sólo viva pensando en hacer bien a su prójimo y quizá sea el portero de tu casa o el empleado de la panadería o, por qué no, aque- lla persona que cada día te da los buenos días con una gran sonrisa en sus labios.